En países de clima relativamente templado y, sobre todo, con muchas horas de luz sola todo el año, no es extraño que la gente que dispone de un jardín en propiedad quiera disfrutarlo durante todo el año. Para conseguirlo, hay que tener dos aspectos en cuenta, por un lado planificar una plantación que tenga vistosidad en las distintas estaciones y, por otro, acondicionarlo con comodidad para las personas.
En el primero de los apartados es clave que hagamos un buen estudio de nuestro terreno, teniendo en cuenta las características climatológicas (temperatura, humedad, viento...) y del suelo. Así elegiremos las especies a plantar que mejor se amolden a esas circunstancias, preferiblemente autóctonas.
Además, tenemos que tener en cuenta la estación en la que cada ejemplar muestra su mejor aspecto, de esta manera intercalaremos las plantaciones para que se mantenga la vistosidad en todos los rincones siempre. Aunque es preferible que hagamos hincapié en las zonas más visibles o en las que más uso vayan a tener.
Junto a las plantas de flor, no olvides colocar arbustos o ejemplares de hoja perenne, los hay verdaderamente hermosos y fáciles de mantener, y se mantienen perfectos durante todo el año. Ten en cuenta el ritmo de crecimiento particular para calcular bien el espacio que necesita cada una.
Finalmente, es importante que acondiciones algunas zonas para el uso de las personas en las épocas más inclementes. Las pérgolas, los porches y los cerramientos son algunas de las fórmulas que pueden venirte bien. Incluye mobiliario confortable para poder sentarse y disfrutar.