Octubre es un mes esencial en lo que a tareas del huerto se refiere, ya que de las medidas tomadas dependerá la supervivencia de nuestras plantaciones en invierno y su desarrollo a partir de la primavera. Además, suele ser un mes climatológicamente cómodo, sin los excesivos rigores del calor del verano, aún con temperaturas agradables para trabajar en el exterior.
Los principales objetivos que hay que atender en octubre se relacionan con la limpieza del huerto y la adopción de medidas para evitar la propagación de plagas. Sin duda, el mayor problema de estos días es el de la aparición repentina de tormentas, que en algunos casos pueden ser copiosas, de forma que permitan la presencia de hongos y otros enemigos de nuestros huertos.
En el terreno de las plantaciones, conviene que sustituyamos las especies en un sistema de rotación que ayude a enriquecer el sustrato. Así, donde en verano tuvimos tomates, berenjenas, melones o calabacines, conviene plantar ahora especies de hoja como lechugas o espinacas. Para finalizar bien el ciclo, a estas últimas las sustituiremos con cultivos de raíz (ajos, rabanitos, cebollas o puerros, por ejemplo).
Respecto a las cosechas más propias de este mes, sin duda, el protagonismo se lo lleva la calabaza. Junto a ella, es momento de recoger coles de Bruselas y repollos en general, escarola, remolacha, acelgas, zanahorias o apio. Con las plantaciones bianuales, sobre todo el pimiento, podemos plantearnos la poda como mejor solución, en lugar de tratarlas como especies anuales para aprovechar mejor el espacio disponible.