En la mayoría de los casos en los que fracasamos en nuestro intento por disfrutar de un jardín la causa está en una incorrecta planificación del mismo. Un proyecto demasiado ambicioso en manos de un aficionado todavía no muy experimentado, una extensión demasiado grande difícil de mantener o la presencia prioritaria de espacies vegetales que precisan demasiados cuidados son parte de los errores más comunes en los proyectos paisajísticos.
En primer lugar, es interesante que nos planteemos el concurso de profesionales para asesorarnos. Esta inversión inicial puede resultarnos barata a la larga, pues es una forma de asegurar un jardín a medida de las características de cada propietario.
Entre los argumentos que no podemos obviar para que nuestro jardín funcione está nuestro nivel de conocimientos de jardinería, el uso principal que vayamos a darle, la disponibilidad de tiempo para dedicar a su cuidado o nuestro presupuesto. Pero, además, es interesante que incluyamos medidas de lo que se conoce como sostenibilidad, es decir, que ideemos un jardín respetuoso con el medio ambiente, lo que sobre todo tiene que ver con plantar ejemplares autóctonos, reducir las necesidades de riego e implantar mecanismos de control de plagas naturales y no contaminantes.
Además de estas medidas de carácter práctico, sin duda, un jardín a tu medida implica respetar y poner de manifiesto nuestros gustos. Por eso, puedes decantarte por flores con tus colores preferidos y complementos y accesorios que definan el estilo que más te gusta. Intenta que el equilibrio y la armonía sean la base del proyecto.