Nada menos que más de dos mil años lleva el hombre ligado al cultivo de lechugas en diferentes civilizaciones, siempre ubicadas en zonas de clima templado. Porque existen infinidad de variedades, pero todas ellas reúnen una serie de cuidados para que el cultivo de lechugas sea fructífero.
Desde luego, la temperatura es clave en el cultivo de lechugas que se desarrollan en condiciones óptimas entre los 19 grados de máxima y no menos de cinco de mínima. Pero, cuidado, estamos hablando de una oscilación de temperatura entre la noche y el día. Porque el cultivo de esta hortaliza necesita de esta oscilación diaria durante el proceso en el que se está formando el cogollo. Si en ese preciso momento del cultivo de lechugas se dan un par de días en los que la temperatura se mantiene cercana a los 25 grados, las hojas se vuelven amargas.
Peor aún soportan las heladas, así que ten en cuenta estos límites al iniciarte en su cultuvo. En cuanto a la aportación de agua que debe programarse para el cultivo de lechugas, conviene que tengas en cuenta que son plantas cuya raíz es de pequeño tamaño. Por eso, resiste fatal la sequía, aunque esta falta de agua sea durante un lapso mínimo de tiempo. Para el cultivo de lechugas es ideal una humedad de entre el 60 y el 80 por ciento, aunque puntualmente puede estar por debajo. Esta circunstancia hace que el cultivo de lechugas se desarrolle mejor al aire libre que en invernaderos.